Al rescate de antiguas variedades
Las Manzanas
La deliciosa manzana es una de las frutas más populares y versátiles del mundo. Actualmente existen más de 2.000 variedades a nivel global, las que se consumen frescas, cocidas, en postres, jugos o sidras.
El culto al manzano y sus frutos existió en Europa desde tiempos inmemoriales, y este se extendió hacia las Américas a medida que los colonos europeos comenzaron a poblar nuestro continente.
En nuestro territorio, específicamente en el sur de Chile, los europeos plantaron quintas de manzana para su uso doméstico y para la producción de bebidas alcohólicas. Como en esa fría zona las uvas no alcanzaban una madurez adecuada, las sidras y destilados de manzana reemplazaron al vino y al aguardiente cuando se trataba de brindar por las ocasiones especiales y las celebraciones tradicionales. También para festejar y honrar a este árbol y sus frutos, así como por el éxito de las otras cosechas en estas tierras remotas.
Por fortuna, algunos de esos antiguos huertos han sobrevivido al paso del tiempo y son actualmente el origen de las manzanas con las que producimos nuestras distintivas sidras Quebrada del Chucao. Aunque no están certificadas como tales, son cultivadas de manera orgánica o casi silvestre. Son árboles que se cultivan en chacras familiares de pequeños agricultores del sur de Chile, y la cantidad de manzanas que regala cada cosecha varía según el año y la antigüedad de los árboles.
Como una forma de agregar valor a estos huertos de manzanos que han sobrevivido en la Región de la Araucanía, para nosotros resulta esencial pagar precios justos por la materia prima que da vida a nuestras sidras. Es por ello que sólo utilizamos estas manzanas de antiguas variedades que ya no son comerciales y que adquirimos en los alrededores del pueblo de Huiscapi, ubicado entre Villarrica y Loncoche, en el corazón de la Araucanía. Año tras año, estas manzanas se cosechan en su mejor momento de madurez, y se prensan y fermentan tan pronto llegan a la bodega.
Como muchas de estas variedades de manzanas son difíciles de identificar botánicamente, tenemos planificado el desarrollo de un interesante programa de rescate de este valioso material genético, basado en injertos de variedades locales (como ‘limona’, ‘reineta’, ‘cabeza de niño’, ‘gravelsteiner’ y otras cuyos nombres son desconocidos para la gente de la zona) sobre patrones comerciales. Esto no solo nos permitirá desarrollar un producto con fuerte identidad local, sino también preservar la gran diversidad de manzanas que aún existen en el sur de Chile.